El miércoles mi madre me encarga ir a casa de mi tía a recoger unos zapatos. Digamos que mi tía tiene una especie de enfermedad con los zapatos, que es básicamente la que tenemos todas pero con dinero, lo que deriva en una compra compulsiva de zapatos caros los cuales a veces ni llega a usar por excesivo tacón, con lo que de vez en cuando no tiene espacio y nos los cede a los "menos favorecidos". Yo, por ahorrar, me voy en tren que tardo incluso menos que en coche... total, once pares no pesan tanto. Lo malo es cuando te los dan en un bolsón de papel y este se te rompe en mitad de la calle. Típico, te ves en el paseo de Villaverde Alto con un montón de zapatos esparcidos por el suelo, intentando colocarlos de alguna manera estratégica en una especie de lámina de papel que antes era una bolsa mientras todo el mundo te mira, las gitanas te dicen cosas y tu temes que si viene la policía te multará por vender en la calle zapatos robados o algo así. Menos mal que una señora muy maja me compró una bolsa en el día para meter unos cuantos y mi bolso se hizo cargo del resto.
Pero mi día favorito fue ayer, cuando mientras miraba parpadear el muñeco verde del semáforo y acelerar con la esperanza de poder cruzar me vi volando a cámara lenta (por poco tiempo) y después en el suelo (como era de esperar). Resultado:
Afortunadamente esto pasó en Conservatorio de Getafe y tenía al lado el Alcampo para comprar otras medias y mi antigua tienda para hacer uso de su botiquín.
Cuando por fin llego a mi portal la cerradura se me resiste. Resultado:
Con tantas emociones en tan poco tiempo decidí no salir de casa más que para hacer otra copia de la llave del portal. El único error que pude cometer fue ver Furia de Titanes en Neox antes de dormir.
Así pues, con algunos planes por delante para lo que queda de fin de semana, como diría un amigo: "a ver si no nos pasara na"...
